Los espasmos musculares, el dolor en las articulaciones y la rigidez en la espalda pueden limitar la movilidad e interferir con las actividades físicas. Si bien los medicamentos pueden ser efectivos para eliminar la inflamación, la terapia de calor también funciona para el dolor de espalda.
Este tipo de terapia no es nada nuevo. De hecho, su historia se remonta a los antiguos griegos y egipcios que utilizaban los rayos del sol como terapia. Los chinos y japoneses incluso usarían aguas termales como terapia para el dolor.
Hoy, no tiene que salir al aire libre para aliviarse. Las almohadillas térmicas han hecho que sea más fácil y conveniente usar la terapia de calor. Aquí hay un vistazo a algunos beneficios de la terapia de calor para el dolor de espalda.
Beneficios de la terapia de calor para el dolor de espalda
La terapia de calor es un remedio eficaz para el dolor de espalda porque estimula la circulación, lo que permite que los nutrientes y el oxígeno lleguen a las articulaciones y los músculos. Esta circulación ayuda a reparar los músculos dañados, alivia la inflamación y mejora la rigidez de la espalda.
Cualquier tipo de terapia de calor puede ayudar a aliviar el dolor de espalda. Sin embargo, las almohadillas térmicas son ideales porque son convenientes y portátiles. También son eléctricos, por lo que puede usarlos en cualquier lugar de su hogar, como acostado en la cama o sentado en el sofá.
Los baños calientes o tibios proporcionan calor húmedo, lo que también promueve la circulación y reduce el dolor y la rigidez muscular. Un baño podría funcionar mejor si también tiene dolor o rigidez en otras partes de su cuerpo.
Sin embargo, el problema con los baños es que es difícil mantener la temperatura del agua. Esa agua se enfriará lentamente. Por otro lado, las almohadillas térmicas tienen niveles ajustables y brindan un flujo continuo de calor, mientras la almohadilla esté encendida.
Si no tiene una almohadilla térmica, tomar una ducha tibia o relajarse en un jacuzzi también puede aliviar el dolor de espalda y la rigidez. Uno de los beneficios de un jacuzzi y una ducha sobre un baño es el calor continuo similar a una almohadilla térmica.